- Itxaso Segues
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Cuando empecé a patronar, mis primeros patrones eran un esperpento. Y no porque no sabía calcular distancias o dibujar los puntos de apoyo, sino porque hace falta una mano muy acostumbrada a dibujar curvas para hacerlo bien. Curvas sutiles, además.
Hacen falta más cosas, pero saber dibujar curvas (y muy bien, además) es básico. ¿Por qué? Porque un buen patrón (sobre todo en ropa deportiva que se tiene que ajustar mucho al cuerpo) tiene que adaptarse al cuerpo, y nos guste o no, nuestros cuerpos tienen curvas.
Digo lo de “nos guste o no” porque crecí rodeada de anuncios de mujeres que se consideraban bellas siendo extremadamente delgadas, y esas mujeres tenían curvas, claro que sí, pero las mías tenían más recorrido, por así decirlo. Y durante mucho tiempo traté de ocultarlo.
Por eso, cuando Amaia me dijo: “La curva es anatómica”, algo hizo click dentro de mí. Porque dibujar un buen patrón con sus curvas está directamente relacionado con aceptar nuestro cuerpo, con las curvas que tiene, con las que te gustan y las que no te gustan tanto.
Para mí, dibujar un patrón de cualquiera de nuestras piezas, es mostrar el debido respeto a nuestros cuerpos, con sus muchas curvas, para que esas piezas se adapten a la silueta sin forzarla ni apretarla, adaptándose a todos sus recovecos, permitiendo que ese legging o ese sujetador se adapte al cuerpo que lo lleva, abrazándolo tal y como es.
Dibujar cualquier patrón de nuestras piezas es para mi una forma de dignificar nuestros cuerpos, tal y como son. Por eso me lo tomo tan en serio, por eso tenemos 7 tallas distintas y varios modelos para que encuentres el que más se adapta a ti. Porque un buen patrón, además de ser básico para una buena prenda, es también mi manera de decirte que me encanta tu cuerpo, tal y como es.
¡Te veo en el siguiente artículo, hasta entonces, feliz entreno! (¡y recuerda, que vivan tus curvas!)
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