Katherine fue la primera que lo corrió con dorsal, apuesto a que has visto su foto más de una vez, pero Roberta Gibb fue la primera que participó en una maratón, sin dorsal.

 

Era 19 de abril de 1967 cuando Katherine dejó a todo el mundo con la boca abierta al terminar la maratón de Boston con su dorsal número 261.

 

Como todo, esto no fue fruto de un día, sino de mucho entrenamiento, mucha motivación, y sobre todo, mucho trabajo rompiendo estereotipos.

 

Ahora no se pone en duda que las mujeres somos capaces de correr maratones (bueno y hacer muchas otras cosas) pero allá por 1967 se pensaba que las mujeres no éramos capaces de correr más de 5km.

 

También se pensaba que si una mujer corría tanta distancia se le podrían agrandar las piernas, caérsele el útero y cosas por el estilo. Mitos, pero que había que demostrar que lo eran. Y que eran falsos. ¿Te suena la historia?

 

A Katherine desde niña le gustaba correr, y su padre la animó a que corriera 1 milla al día (1,6 km) para poder entrar en el equipo de hockey de su colegio. Nunca entró al equipo, pero se dio cuenta de lo mucho que le gustaba correr.

 

Cuando conoció al que sería su entrenador y le dijo que quería correr la maratón de Boston, él le dijo que las mujeres no podían (te suena, ¿verdad?).

 

Como siempre, nada mejor que un “no puedes” para que te pongas manos a la obra. Katherine convenció a su entrenador de que sí podía corriendo la friolera de 49 km. Entrenando. Un día cualquiera.

 

Visto esto, Katherine se inscribió en la maratón como K. Switzer y nadie sospechó que fuese una mujer. De hecho, en los formularios no se preguntaba nada acerca del sexo, nadie esperaba que una mujer participara.

 

El resto es historia. Le dieron el dorsal 261 y corrió, vaya si corrió, incluso cuando los propios organizadores intentaron sacarla de la carrera, convirtiéndose así en la primera mujer en terminar esta maratón oficialmente.

 

Si hoy en día ver a mujeres corriendo largas distancias no nos sorprende, es en parte gracias a mujeres como Katherine, que desafió las normas de la época demostrando que las mujeres también somos capaces de correr pruebas así de exigentes.

 

Si te fijas, aquel día Katherine corrió con una gran sudadera porque hacía un día bastante malo. Una sudadera como nuestra KLEO 2.0, ideal para estos meses tan invernales.

 

¡Ojalá seamos muchas más como Katherine, y vayamos rompiendo más estereotipos!  ¡Te veo en el siguiente artículo! Hasta entonces, ¡feliz entreno! (¡y recuerda, que nada te pare!)

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